TAPA DEL DÍA  El Complejo de la Penha, una de las mayores favelas de la zona norte de Río de Janeiro, se despertó este miércoles sumido en el horror. Vecinos trasladaron al menos 54 cuerpos sobre la Estrada José Rucas, una de las principales arterias del barrio, en una escena que estremeció a toda la ciudad. La movilización se produjo apenas horas después de la operación policial más letal en la historia reciente de Río de Janeiro, que el martes dejó un saldo oficial de 60 presuntos delincuentes muertos y cuatro policías fallecidos en la Penha y el Alemão. El secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, aclaró que los cuerpos trasladados por los vecinos no están incluidos en el recuento oficial. De confirmarse su relación con la operación, la cifra total de muertos podría superar los 100, un número sin precedentes incluso para una ciudad acostumbrada a la violencia. La escena fue desgarradora: familiares y amigos bajaron los cuerpos desde la zona de la Serra da Misericórdia, donde se concentraron los enfrentamientos más violentos entre las fuerzas de seguridad y el narcotráfico. Según los testimonios, aún podrían quedar más víctimas en lo alto del monte. El activista Raull Santiago, quien colaboró en el traslado, declaró a medios locales: "En 36 años de favela, pasando por varias operaciones y masacres, nunca vi nada parecido. Es algo nuevo. Brutal y violento en un nivel desconocido". El objetivo de los vecinos fue facilitar que los familiares pudieran identificar a sus seres queridos, mientras escenas de dolor y desesperación se multiplicaban por la ciudad. La madrugada también estuvo marcada por la llegada de seis cuerpos en una Kombi al Hospital Estadual Getúlio Vargas. El vehículo, que transitó a toda velocidad, dejó a trabajadores y presentes en shock ante la magnitud de la tragedia. Imágenes que circularon en redes sociales muestran mujeres velando a sus seres queridos en plena calle y cuerpos apilados en la plaza, mientras Río de Janeiro intenta asimilar el alcance de la masacre. La megaoperación policial dejó una huella imborrable en la Penha y en toda la ciudad. Las autoridades prometen pericias para determinar la relación de los cuerpos con la intervención, mientras la comunidad exige respuestas y justicia ante lo que ya es considerado uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente de Río. La magnitud de la tragedia ha generado conmoción nacional e internacional, y abre un debate sobre la estrategia de seguridad en las favelas y la protección de la vida de los vecinos, quienes fueron testigos directos de un horror pocas veces visto. TAPA DEL DÍA